Thibaut Courtois ha vuelto. Lo hizo en una tarde de sábado donde el Real Madrid se quedó con su título del campeonato nacional de Liga número 36 y donde el Santiago Bernabéu volvió a ver a ese héroe vestido en guardameta que tantas alegrías le ha dado al conjunto blanco a lo largo de estos años. Su pareja vivió un especial momento en las gradas del coliseo blanco.
Una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda e igualmente la que sufriría en su menisco habían sido hasta aquí los mayores obstáculos en la vida de un futbolista más que añorado por los aficionados del Real Madrid pero que ha encontrado reemplazos firmes mientras su ausencia se alargaba con el correr de los meses. Ante el Cádiz llegó el momento de poner nuevamente el acelerador a fondo.
Thibaut Courtois ya puede decir que hizo parte de un título ganado a peso desde el primer día y donde incluso el belga tuvo participación directa tras su atajada en el segundo tiempo frente al conjunto gaditano antes de que llegase el tanto de Brahim. Fue una tarde emotiva por un Santiago Bernabéu donde la pareja del portero de Carlo Ancelotti fue el mejor ejemplo para entender todo el camino que se ha recorrido.
Emocionada
Mishel Gerzig fue captada por las cámaras de DAZN con su hijo en brazos e igualmente a la espera de que su pareja saliese a un arco sur del Santiago Bernabéu donde toda la afición le esperaba con aplausos y palmas. Courtois fue el primero en mostrar con sus gestos que ha trabajado como ninguno para volver hasta aquí y que por encima de todo su familia ha estado presente en un curso singular donde los haya para el belga.
Las lágrimas de Mishel Gerzig son de felicidad pura al ver nuevamente a uno de los futbolistas más añorados por la afición del Real Madrid poder hacer lo que tanto le gusta. Ha vuelto Courtois señores y con ello una personalidad absoluta que en cada jornada por el Santiago Bernabéu deja su huella como lo hiciese ante el Cádiz en la fiesta de la Liga.
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