Camavinga se marchó mosqueado de Anoeta y señaló al culpable: “No me lo creo”

Eduardo sabe que no puede repetirse


Eduardo Camavinga.

Eduardo Camavinga.




El partido entre Real Madrid y Real Sociedad fue un momento que Carlo Ancelotti aprovechó para hacer rotaciones. El desgaste acumulado de los partidos contra el Manchester City y el Barça, en los que había dos títulos en juego, no perdonó a ningún jugador.

Por eso el entrenador italiano colocó a los menos habituales ante un equipo que siempre es complicado cuando juega en su estadio. Desde el máximo respeto, Ancelotti planteó un partido diferente a lo habitual.

El conjunto blanco sabía lo que tendría enfrente y por supuesto todas las dificultades que esto suponía. 

El Real Madrid ha visitado a la Real Sociedad por una nueva jornada del campeonato nacional de Liga que ya se encuentra entre las tablas generales del torneo. Victoria por la mínima y con un Eduardo Camavinga que se marchó mosqueado de Anoeta.


Por primera vez en mucho tiempo que los blancos tuvieron la oportunidad de jugar en un día viernes y todo ello gracias a los cambios en el calendario que la Liga permitió para que los hombres de Carlo Ancelotti tengan una jornada más de descanso para la Liga de Campeones.

 Partido marcado por el desgaste de los últimos días e igualmente por el hambre de la segunda unidad.

En la previa se esperaban muchísimas rotaciones del italiano de cara a conseguir balancear los minutos de una plantilla que desde el final del último parón de selecciones apenas ha podido rotar producto de los innumerables partidos de peso que ha tenido que afrontar en cada frente que ha aparecido en su día a día. Jornada para los menos habituales e igualmente para ganarse un sitio en la próxima plantilla que ya empieza a formarse en Valdebebas. Los titulares tendrían acción en el segundo tiempo. 

Lastimándose la del final 

A solo unos segundos del final y luego del gol de Arda Guler, lo cierto es que Camavinga tuvo un gol cantado casi en el último minuto del partido. Hablamos de una acción de un disparo, solo ante el guardameta desde el punto de penalti. Remiro se la sacó cuando Eduardo lo veía dentro. Sus gestos al final del choque no engañaban.  

“No me creo el gol que he tenido…”, le decía a Vinicius y Bellingham. A la salida del partido se lo vio hablando con varios compañeros y no dejaba de mover la cabeza. Seguro que comentaba dicha acción donde estuvo cerca de sumar un nuevo tanto a la causa. El martes y ante el Bayern Múnich habrá revancha para Eduardo Camavinga y todos los blancos.